La danza y la poesía
Gonzalo Endara Crow
La danza y la poesía
Por Fabián Núñez Baquero
22/05/18
Desde el inicio de los tiempos el canto y la danza están unificados
en un mismo ritual y la palabra poética es el inicio del baile, la
incitación al ritmo y al vuelo corporal. Las tres actividades son
sociales y surgen en cada cultura de forma autóctona y autónoma. El
hombre estaba integrado a su clan, a su etnia, a su cultura, era un
ser colectivo que disfrutaba del élan lúdico de su pueblo y que
actuaba y generaba con todos el arte social.
Por supuesto grandes culturas como la incaica, la maya, la egipcia o
la indoeuropea generaron su danza propia y original y los
instrumentos musicales correspondientes, así como sus propias
canciones y poemas. En América la cultura mestiza es diferente: es
una mezcla entre cultura aborigen y europea o africana.
La polca es europea, ya casi nadie se acuerda de ella, pero el vals
y el bolero persisten aún en la cultura americana. El vals tuvo su
antecedente en el lied, la canción, muchos lieds de
Goethe o de Schiller fueron la base para canciones y bailes. Poemas
de Medardo Angel Silva o de los decapitados sirvieron de base
a pasillos o pasodobles, como en Argentina fueron poetas los que
crearon poemas que luego se transformaron en tangos y en milongas.
Lo que antes fue una actividad lúdica y social se transformó con el
advenimiento del capitalismo en recreación más personal o familiar
o lo que se llamaba baile de salón. El espectáculo o el llamado
show, con bandas ,grupos musicales o cantantes solos o en dúos son
fenómenos relativamente recientes. Así como la danza de compañías
o grupos, el ballet, la danza llamada folclórica o ancestral, son
también fenómenos recientes.
Lo mismo podemos decir de la concepción y práctica de la danza, el
canto, la pintura, la poesía como terapia mental o espiritual. Algo
debe andar mal para que nos haga falta recurrir a métodos de
integración y coherencia con la colectividad y con nosotros mismo. Y
el arte es la integración suprema.
Pero una cosa es, por ejemplo,la danza espontánea de una comunidad
en sus días de fiesta o jolgorio, y otra, muy otra, la de artistas
profesionales ejecutando danza ancestral. Lo mismo podemos decir de
la pintura de los pintores comunitarios, como los de Tigua,y su
imitación por parte de pintores profesionales. Los de Tigua hacen
arte naif natural, los otros son imitadores. La danza folclórica es
la versión sofisticada y comercial de la danza de un pueblo.
A medida que se desarrolla el capitalismo se desarrolla así mismo el
egoísmo, desde el amor de pareja romántico y sentimental- fenómeno
que no se conocía en la antigüedad- hasta el aparecimiento de la
poesía,la música y la danza profesionales, destinadas a un público
veedor, no participativo, que solo gusta del arte pero que no lo
genera, ni lo practica. El público que asiste a shows en estadios o
en locales masivos disfruta lo que otros hacen, se admira y conmueve
de lo que antes era un ejercicio espontáneo de todos los miembros de
una comunidad integrada y unánime.
En la poesía, que fue antes épica, de pueblos preocupados de grandes
sucesos históricos, de enseñanzas globales o de sucesos étnicos,
se da paso a la poesía intimista, lírica o particular. Lo que me
pasa a mí en particular es el suceso mundial por excelencia y,claro,
puedo estar en Madrid o en Nueva York, me gustan los temas íntimos o
románticos ¡y al diablo la guerra en Siria o el nuevo quásar
descubierto a miles de años luz! Me fascinan más las invenciones de
Arjona y de Bob Dylan antes que las canciones de Jaime Guevara y los
canta autores de protesta.
Quiero mascullar con incoherencia temas de
troveros anglosajones, en un idioma que no lo domino, antes que
cantar Alfonsina y el mar o Guitarra interpretada por
Julio Jaramillo. En una palabra, quiero estar en mi propio baile
aunque no lo entienda ni lo practique en la realidad.
Desde luego esto obedece a, es parte de la globalización capitalista
en el arte y en la cultura: el viejo Marx sabía de lo que hablaba
cuando en el Manifiesto se refería al advenimiento del
predominio de la economía y la producción planetaria y también del
arte mundial.
Con todo, es un hecho que gozamos con poesía y música, con baile
que surge de nuestro entorno antes que con el de otras culturas y
otras lenguas. Talvez este fenómeno sea uno de las causas para el
desajuste, la distonía de la actual sociedad: en verdad no se puede
encontrar punto de concordancia entre un indígena y un mestizo indo
americano con la música de los Beatles, el rock pesado o la música
clásica.
Esto no quiere decir que no se pueda hacer arte de otras
culturas. Sabemos de japoneses que tocan pasillos o tangos, lo hacen
de maravilla, pero es como en el idioma, siempre guardarán un acento
oriental por leve que sea. Es como un Guaraca o un Aladino
interpretando ópera italiana, lo podrían hacer, pero de alguna
manera se lo vería, se lo sentiría forzado. Precisamente la
aculturación es una falsa adaptación a una cultura diferente, o lo
que los antropólogos llaman pérdida de identidad.
La cultura
mundial es un logro, una respuesta a la globalización, pero
parecería que es como vestirse con vestimenta prestada. Pero no hay
que callarlo: necesitamos artistas que nos representen interpretando
música clásica,teatro de autores famosos, ejecutando arte mundial,
Mientras recordamos con facilidad poemas y canciones de nuestra
realidad más cercana, se nos hace difícil y hasta forzado cantar,
declamar o danzar con producciones en otras lenguas y culturas. Si no
estamos emparejados con nuestra circunstancia autóctona se produce
entonces la discordancia espiritual y mental. O, si buscamos afuera
un aliciente, es porque no nos encontramos bien en nuestra propia
casa. ¿ Pero quién en el mundo se encuentra bien en su propia casa?
Quizás por eso queramos ir a poblar otros planetas, pero si llevamos
en nosotros el virus del capitalismo ¿ no será que esos otros
mundos los inocularemos con igual locura?
El arte globalizado y el enriquecimiento fabuloso de artistas del
otro mundo, nos guste o no, para bien o para mal , es el plato del
día para los terrícolas actuales parecidos cada vez más a robots
de la última era de un capitalismo cibernético y caótico.
De alguna manera es impensable el baile en solitario, sin pareja,
pero existe. Wilson Pico o Susana Reyes lo han hecho en grandes
escenarios y con gran suceso internacional. Pero el arte,al menos en
su inicio,fue comunión de personas, unidad en el gozo y en la
participación, no solo resultado de destreza personal, como ahora.
Comentarios
Publicar un comentario