El discurso poético
El
discurso poético
El
discurso poético
Por Fabián Núñez Baquero
Por lo general se conocen tres tipos de discursos: el
filosófico, el científico y el poético. El primero se preocupa del
ser,del todo y utiliza la coherencia de la lógica y contenidos
abstractos. El científico que analiza los procesos y las realidades
de la naturaleza, de la sociedad y el hombre y los somete al cedazo
de la prueba y la comprobación. Tanto uno como otro buscan la verdad
externa e interna y de alguna manera se emparentan o tienen afinidad
en cuanto al uso de la lógica objetiva. En cambio el discurso
poético posee un canon emocional como basamento y la lógica
sensorial como instrumento. Se conoce como lógica sensorial a la
basada en los complejos procesos de los sentidos y a su
contradicción.
La verdad poética es diferente de la filosófica o
científica porque crea su propia autonomía y su realidad que surgen
de la asociación libre de elementos que conviven en extraña mezcla
de la vida social, y en los sentimientos y vivencias humanas. La
creación poética se basa justamente en la confianza de que con cada
invención se transgreden las pautas de la realidad lógica y que se
sobrepone una nueva realidad, por así decirlo, a la ya existente. De
alguna manera el poeta hace surgir un nuevo mundo con cada poema que
imagina y plasma. El secreto está en la rara asociación de palabras
y sentimientos que evaden el sentido usual, marcado, prefijado por
las leyes de la gramática o de la lengua.
La trasmutación de las
palabras mediante giros y tropos, con el uso de las llamadas
licencias poéticas, se conoce como el proceso de connotación. El
lenguaje poético es connotativo y la manera cómo la connotación se
hace presente es a través de los vestidos fulgurantes de las figuras
literarias, desde la analogía más simple hasta el complejo
oxímorón, la contradictoria paradoja y la multivalente sinestesia .
Figuras literarias y sabiduría poética no son siempre herramientas
conscientes, la mayoría de los poetas no las conocen, al menos al
principio.
Pero los poetas que las conocen y las aplican
conscientemente son muy ricos y poderosos agentes de creación,
aunque pueden quitar el encanto de la sencillez y la ingenuidad a sus
producciones literarias. La fuente generatriz del lenguaje poético
es la vida corriente y moliente: el pueblo usa figuras y giros
literarios, tropos, sin que se dé cuenta, espontáneamente. Al
hacerlo genera el habla, que es la forma patente de creación y
connotación. El habla por lo regular viola las leyes gramaticales y
transforma el sentido usual, absoluto, del significado que la lengua
asigna a las palabras:
es fuerte como león, es un león
He aquí cómo de la comparación simple se salta a la
metáfora
de tumbo en tumbo voy
errante como soy
Una imagen marina que reproduce sensorialmente la ola
pero que ahora toma el matiz de maltrato, de golpe moral sucesivo.
Me asomo al balcón de mi existencia
y sólo veo la estrella de tus ojos
Esta es una imagen reforzada y amparada por dos
metáforas
me veo y me deseo
en el erial de mi destino
una sencilla sinestesia y una metáfora
Es evidente que el poeta debe nutrirse de la sabiduría
popular, lo que yo llamo leer el mundo. A la vez que
sumergirse en el mundo de la lectura para aprender y agudizar
su sensibilidad y, desde luego, leer poesía, asimilarla,
reflexionarla. En la reflexión poética se debe anhelar la cohesión,
la concordancia semántica. Aprender que debemos empezar con la
suprema síntesis del de por sí sintético discurso poético: el
verso poema, es decir, perfeccionar al máximo un verso, uno solo con
completo sentido imaginativo:
este mundo es un mundo ya sin mundo...( tomado
del Mundo de Edmundo y de Raymundo)
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