La Semántica, el reino del sentido
El Bosón de Higgs
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Umbral de la poesía
La Semántica, el
reino del sentido
Por Fabián Núñez
Baquero
14/07/12
La semántica es el reino
del sentido, de la coherencia. Esto dicho sea en términos sencillos
y simplificados, si Frage me lo permite. Todas las cosas en absoluto
mantienen una sindéresis, esa lógica vistosa o encerrada entre
cuatro paredes, que las hace hermosas y deseadas. Una flor es un
milagro arquitectónico, de tacto, aroma y color. Y nosotros, las
personas, disponemos de tal ingeniería biológica, de tanta
exactitud en mente,corazón y huesos, que tenemos muchos motivos para
despertarnos alegres y huir de la arritmia, del disconford, de esa
estela de desesperanza que nos patina en la piel cada vez que
sentimos que el bolsillo no alcanza para mantener el poema de la
vida. Nuestros ladrillos biológicos rebasan cualquier complicado
cálculo matemático porque resumen sustancia, poesía
alta,sensorialmente organizada. No necesitamos darnos lija de
arrogancia o citar a poetas o matemáticos famosos para solo ver la
perfección de la hierba Luisa o gustar del aroma inigualable del
toronjil. Y es indudable la presencia de visibles e invisibles
factores concatenados para que estas hierbas sean tan o más
perfectas que el recién descubierto exoplaneta de diamante gracias
al Bosón de Higgs de su semántica. Una simple observación de la
estructura de un girasol o del canto afónico de una rana nos debe
convertir en personas de excelente complexión humilde y adorar el
dominó exacto de la Madre Naturaleza, esa trabazón maravillosa que
lo explica todo: desde el radar de un murciélago hasta los restos
fonológicos del Big Bang desperdigados todavía en el espacio
estelar...
Entonces no comprendemos
por qué la altivez vana de pretender creernos seres de otro mundo,
cuando éste en que vivimos representa la misma vasta armonía non
plus ultra. Si la naturaleza se presentara en un recital poético
estemos seguros que anularía exponer su curriculum vitae, menos el
sartal de jactanciosas acumulaciones de maestrías o de innecesarios
y hasta dudosos PHD. Hay poetas que se especializan en esa vanidad
antropomorfa que utilizan media hora en la lectura de sus
presuntuosas fanfarronadas documentadas. Existo, luego soy, así sin
más, dice la naturaleza. Un grano de polvo tiene derrotero, su fin
es tan perfecto que logra construir el universo. El polvo es un poema
de un solo verso, una ecuación precisa pasada por el rastrillo de la
comprobación. Por eso los seres pueden morir si al menos no tienen
su polvito. Una gota de agua es una imagen de un prisma líquido y
una vocal la redondez de la sabiduría.
Si existe tanta lógica en el
Todo, resulta una terrible vanidad intentar descodificarlo todo en
busca de la inmortalidad del cangrejo o de las tres patas del gato
egipcio. Y no queremos impedir- que la naturaleza no lo permita- la
libertad de expresión o la expresión de la libertad o del
libertinaje en la expresión. No. Sabemos que hasta en los desatinos
más manifiestos la naturaleza pone su gozosa y atinada semántica.
Hasta usando LSD, cerebros como el de Huxley lograron orientarse en
las Puertas de la Percepción y la araña drogada y todo construye
una tela un poco deshilachada y anómala como para no perder su
hábito de milenios. Tengo entendido que todavía no se ha escrito la
semántica de una fracción de gas o de una mota de polvo. Pero lo
dejamos iniciada para que los sabios luego se explayen como niños
frescos en su papayal intonso. Ahora sólo decimos que un verso real
posee un sentido completo. Hasta nos atreveríamos a decir que un
buen poema es la sumatoria de versos, cada uno de los cuales tiene un
sentido acabado. Justifiquemos la teoría con ejemplos de nuestra
propia siembra:
El árbol hace cola en la
muchedumbre del bosque
Un pájaro hace nido en la
dorsal del viento
El silencio, con pies de
plomo, camina en la soledad
Es evidente que estas
imágenes son perceptibles en cualquier parte del planeta y en
cualquier idioma. Tienen semántica. Estar en el reino del sentido es
tener semántica, exhibir coherencia, demostrar en palabras la lógica
entrañable de la naturaleza y el hombre. Si el universo se construye
verso a verso, es decir, polvo a polvo, no veo por qué no suceda
o deba suceder lo mismo en la poesía. Es obvio que la semántica
poética es levemente distinta a la de la filosofía o de la ciencia.
Es una semántica que canta por los sentidos, una inteligencia
entorpecida por los sentimientos, una ligazón gozosa entre analogías
dispares o transformaciones al galope de la sensación. O, para
repetir a Hegel, un estado intermedio entre la grosera sensación y
la refinada altura del pensamiento. En el escenario siempre se
entrometen los sentimientos, es verdad, pero talvez por eso la poesía
despliega olor y sabor y savia y zumo, tiene jugo:
El colibrí, helicóptero
verde, se engolosina en la flor...
¿En qué rama colgaré el
llamado a la hermandad?
Adiós, viento astronauta,
te vas pero volverás...
Si podemos crear un verso
con semántica completa,entonces luego podemos ligarlo al segundo y
así seguir la danza de la inteligencia universal que es una y tiene
un sentido uno y múltiple.
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