Luminarias de siete cuerdas en el Palacio del Poeta

Con los labios en el poema ( Magrite)

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Luminarias de siete cuerdas en el Palacio del Poeta
Por Fabián Núñez Baquero
25/11/12
Los poetas hacen mella donde van. Buscan la abscisa de la cordialidad y el tumulto del corazón. Se sirven de las ordenadas llamadas palabras y las enchufan en el entorno social con suavidad de visón. Y aprenden a prender las metáforas en la hojarasca resbalosa del verso para que se vean como luminarias o bengalas en la tierra del poema. 
Ahora vinieron personas poéticas latinoamericanas y del País de la Mitad a labrar y esculpir sensibilidades. Y se asentaron-águilas de vuelo agudo- en la misma colina llamada Palacio del Poeta. Lo hicieron para abrasar la Mitad del Mundo con la saeta del amor y esa lira de siete cuerdas de la emoción. 
Tenían (tienen) sus tatuajes propios: Darío, Mirina, Erika,Darwin,Margarita,Guillermo,Angélica,Óscar, Isabel,Fabián,Melba,Fernando, Juan Carlos, Ana,Terry . Inundaron de poesía y de arcoíris estos días dedicados a la comunión de voluntades, a la contemplación de lo bello. Ana-Cisne dirigió los ágapes del concepto sensorial,fundó con su poética otra vez El alta Cuxibamba. 
Fernando buscó en sus cuerdas toda la vida que todavía baila en sus dedos y en sus retinas y averiguó el secreto de los versos de Mirina para trasladarlos al lenguaje alado del instrumento árabe-hispánico. Darío trajo de Costarrica, dos secretos conjugados: juventud y acento solares. Erika enunció el mensaje rebelde y claro de los mapuches. Margarita, toda la vena ancestral de la Araucanía. Darwin ingresó su voluntad imaginativa aventurando la voz del Guayas. Óscar inauguró otro tipo de compás escalar. 
Guillermo ejecutó dos misiones casi imposibles de juntar: oficiar en la serranía impoluta del verso y tocar toda la orquesta del mecenazgo y el cálido auspicio.  

Juan Carlos despejó un arcoíris que no se encuentra en la naturaleza. Fabián estuvo mimado por la guirnalda que le obsequiaron sus hermanos. Y Terry se remontó al Paraguay para hacer otro homenaje al gran indio Mangoré. ¿Qué más podíamos pedir aquí, en estos días de agua-sal y mala palabra? Queden eternos guardados en nuestros pechos, los amamos a todos.

Comentarios

  1. Así tal cual ocurrió. Invadimos la mitad del mundo para explayar nuestros sentires y dejarnos agasajar por los poetas rapsodas, quienes nos mostraron sus efluentes de inspiración sin esconder nada, con mucha bondad y grandeza nos permitieron entrar en su mundo cautivo por las letras y la amistad sana y verdadera de los hombres de letras y de las artes. Gracias infinitas por tan excelsa invitación. Un gran abrazo a todos.

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