Entradas

Mostrando entradas de 2019

Por qué el Taller?

Imagen
¿Por qué el Taller? Fabián Núñez Baquero 25/09/19 o 25/09/19 Cada labor del hombre exige un mínimo de destreza, de concentración y, sobre todo, de hábito. Como se conoce el hábito no es más que una acción repetitiva que ha logrado hacerse inconsciente y hasta cierto punto automática. En ciertas tareas esto es así hasta cierto punto. La acción de pensar, por ejemplo,en apariencia es un acto similar, al menos cuando pensamos y escribimos lo que pensamos; pero ni la escritura siempre es la misma ni el pensamiento que la origina. En general parece que toda destreza siendo la misma cada vez es diferente.  Reconocer esta verdad es ya en sí mismo una facultad de pensamiento que se ha hecho hábito, destreza. Lo que se dice tener oficio en literatura, en arte o artesanía es producto de una labor repetida y perfeccionada cada vez. No cae del cielo ni se adquiere de la noche a la mañana: escribir un poema es un acto igual y diferente cada vez. Y no solo por el

Las bellas letras

Imagen
Betancourt Las bellas letras Por Fabián Núñez Baquero 27/06/19 Nadie sabe o quiere saber de las bellas letras. Es que tampoco quedan calígrafos o grabadores de textos en piedra o mármol. Los primeros escritores empezaron pinchando con punzón o cálamo sobre oscura terracota, en tablillas de cerámica o estelas conmemorativas. Otros lo hicieron sobre piel de carnero o de venado, en pergamino o cera. Y en cada letra se pulieron tanto en escribirla que dejaron una clara constancia de belleza. Al principio, claro, solo querían impregnar la huella de una historia, una cifra, un cálculo. En sus medios limitados solo tuvieron espacio para lo estrictamente imprescindible. La escritura de cuñas de sumerios y babilonios era somera y sumariamente sintética. La de los egipcios imaginativa y colorida, la de los chinos fatigosamente infinita. La de ahora literalmente luminosa y políglota. Creo que existe una placa de escritura deambulando el espacio en busca de civili
Imagen
Pablo Picasso Un Muchacho extraordinario (Los cuentos de Fabián Núñez Baquero) Relato Navideño "No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada." S. Mateo 10, vs. 34. Hace algún tiempo —un poco menos de dos mil años— vivió en una lejana aldea del Medio Oriente un niño que maduró un tanto temprano. Digo maduró, por no decir envejeció, aunque esto sea verdad. Era hijo de un humilde carpintero de edad provecta y de una bellísima mujer que no tenía tantos años como parecía. Los que se refieren a él no se han puesto de acuerdo con respecto a su nombre. Unos lo llaman Joshuá y lo citan muchas veces en un libro raro y racista llamado Talmud. Otros le nombran “el hijo de Isaben Mairén", repitiéndolo, así mismo, en otro texto —sagrado para muchos— denominado Alcorán, Otros lo llaman Jesús y se refieren como autoridad máxima a un libro hermoso, raro y racista también, cuyo título es nada modesto: La Biblia,

Los motivos del poeta

Imagen
Betancourt: Árbol en la Mitad del Mundo Los motivos del poeta Por Fabián Núñez Baquero 09/05/2019 Mientras más sequedad más sed; mientras más necesidad, más literatura; mientras más desazón, más poesía. Partimos de nuestros motivos: si estamos contentos, jugamos con el lenguaje, creamos una explanada para patinar; si estamos descontentos, solo nos resbalamos en la tabla untada con cáscara de plátano para escavar la hondura; si estamos desolados, usamos la manteca de oso de la desesperación para hibernar hasta que pase la borrasca.  Pero hay momentos en que ni siquiera un cataclismo nos conmueve, entonces debemos escribir como poetas póstumos, desde la tribuna del olvido. En cualquiera de estas circunstancias, si somos poetas, si de veras estamos vivos, usamos la pala mecánica de la palabra para extraer la carne y sangre de nuestros huesos en honor de la eternidad.  Entonces ya no usamos el motivo literario propiamente dicho, nos ocurre detestar lo escol

Escribir para uno mismo

Imagen
Betancourt - Sustancias del campo Escribir para uno mismo Por Fabián Núñez Baquero 10/04/2019 A la final escribir es conversar con uno mismo. No siempre se conversa con o se escribe para los demás. Aun en el caso de ser un escritor reconocido o pensar en el público cabe la posibilidad de que lo escrito no se publique o que se pierda el texto. O, lo más usual, escribimos desde las paredes más silenciosas de nuestro corazón y de nuestra experiencia única que lo más probable es que no nos entiendan o nos mal interpreten. El curso de la vida y el uso del lenguaje son tan complejos que cada persona imprime una huella o sigue un camino que no coinciden con las expectativas de los demás. Siempre corremos el riesgo del gran Heráclito: expresarnos en fórmulas enigmáticas, délficas, en el intento de descifrar los fulgores de nuestra alma o del alma del mundo. Y la poesía es el idioma de Delfos o de la Cábala, de la adivinación o la profecía.   Cada sen

Quizás la única honradez posible

Imagen
Paul Klee Quizás la única honradez posible Por Fabián Núñez Baquero 07/02/2019 En un mundo de calamidad y de simulación generalizada, quizás la única honradez posible sea la poesía. Pero hay que subrayar la palabra quizás . Talvez, quizás , y esto porque hay gente que lo adultera, lo prostituye todo: la religión, la política, el arte, todo.   Como siempre el arte, la política, la ciencia, la poesía, no son responsables del mal uso que se haga de ellos o de los errores o crímenes que se cometan a nombre de ellos. Era por esta razón que Platón exigía ante todo y como prioridad la práctica del bien, la probidad, a los políticos; pero, claro, fue Maquiavelo quien inauguró el modo amoral, cínico de tratar la política, que ahora lo siguen a pie juntillas los políticos y politiqueros al granel que deambulan y vegetan con éxito en este pícaro globo. Platón fue más allá: exhortó a expulsar de la república a los poetas, a quienes consideraba propalador

Lectura y escritura poéticas

Imagen
Voroshilov Bazante Lectura y escritura poéticas   Por Fabián Núñez Baquero 24/01/19   Descifrar textos es tarea del lector inteligente, sobre todo de quien lee poesía, y más todavía de quien la escribe, del poeta. Un texto poético es, por lo regular, una aventura de vida ,por supuesto cuando hay hálito vital en ella. Porque hay textos vivos y los hay muertos.  Es verdad que el arte es una imitación o ficción, pero debe parecer como que no lo es, como si toda la realidad estuviese condensada en él. Uno debe estar dispuesto a reconocer no la destreza del uso del lenguaje o de la sintaxis sino la energía, la convicción con que fue escrito. Un nuevo giro del idioma, una palabra nueva, son buenos recursos, pero no lo suficiente para dotar al texto de su índole esencial. El secreto está en la fidelidad con la cual traduce el autor sus visiones y sentimientos, siempre y cuando tenga algo que decir, cuando no está de por medio la vanidad o el dese

¿Por qué la poesía?

Imagen
¿Por qué la poesía? Por Fabián Núñez Baquero 01/01/19 De todas las actividades artísticas ¿por qué escoger la poesía? Porque es el centro del arte. Porque es la más sencilla y las más compleja y completa. Y porque exige recursos materiales tan mínimos como un lápiz y una hoja de papel. Porque alcanza para todos y no escasea.  Lo que exige con insistencia es que el interesado sepa leer el mundo, interpretarlo con todos los sentidos y expresarlo con emoción, a más de hacer el favor de leer lo que más se pueda, y no solo libros de poesía. Leer es-debe ser- un trabajo placentero, por eso insiste que el practicante de poesía lea el mundo y los libros porque le gusta, porque sí, por gozo, por cumplir con un deseo íntimo.  Nada de vanidades ni de intereses materiales ocultos: la poesía es desnuda y se desnuda solo a quien se presenta desvestido de todo deseo ulterior o tránsfuga, a quien vive su ser a plenitud, con aquel que aprende jugando y demuestra lo