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Mostrando entradas de 2017

Las leyes fundamentales de la poesía

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Las leyes fundamentales de la poesía Fabian Núñez Baquero La poesía, al menos en su fase inicial, proviene de la danza, de los ritos ceremoniales, el baile. Por eso marca un compás, mantiene un ritmo y las palabras están impregnadas de un acento emocional, y el sentido se subordina a la atmósfera y energía de la intencionalidad armónica y simbólica del poeta. Al contrario de la narrativa o la ciencia o la filosofía la palabra no está supeditada al pensamiento o, para ser mas exactos, a la lógica, a la razón, sino al revés: razón y lógica deben obedecer a la forma , a la fuerza prototípica y de invención de las palabras e instancias de estrofas y versos: La pluma del aire besa el arbolado de tu pelo/ pero mis ojos beben tu imagen / que asciende desde la linde del río... / guerrera del alba/ luchadora de las cuatro estaciones… Este minipoema del autor, a lo mejor no deja ver con precisión el ritmo por las imágenes y figuras literarias que utiliza. Pero de hecho hay

Poema y emoción

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Poema y emoción Por Fabián Núñez Baquero Lo más fácil es decir: sin emoción no hay poema. Aunque el poema es algo más que una emoción. El hombre es ser de emociones, sentimientos, aunque la tendencia actual lleva a la anulación de unas y otros en la vida cotidiana. Por cierto, solo los robots son carentes de pasión, pero ya los serios muchachos de la inteligencia artificial se encargarán de añadirles una tela prefabricada de tics y sensibilidad para invadir el espacio humano. Pero el hombre es instinto, inteligencia, emoción. La inteligencia es emocional, no porque nosotros añadamos la emoción sino por nuestra propia razón de ser: la existencia es latido, pálpito, tacto y emoción. Hablar sobre la inteligencia emocional es llover sobre mojado, es una tautología innecesaria como señalar la humedad de lo húmedo . [1] La emoción no existe solo en el poema creado o declamado sino en cada actividad humana. Cuando comprendemos la noción de infinito en matemática sentimos un e

Entre la distinción y la diferencia

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                                                           Vasili Kanddinsky Entre la distinción y la diferencia Por Fabián Núñez Baquero Existe en el mundo lo que se llama diferencia y entre los hombres lo que denominamos distinción . Existen no por nuestra voluntad sino por un inexorable mandato de nuestras células y cromosomas. El genoma, nuestro ADN, son responsables en gran parte de nuestra desdicha o nuestra felicidad. La marca de nuestras huellas digitales son el resultado externo de este hado biológico Y, claro, la parte histórica, el trabajo o el empuje que ponemos para cumplir o desafiar nuestro destino genético, no son tampoco ningún pelo de cochino. En la mayor parte de los casos bogamos contra corriente. Nos inventamos otros cromosomas y otras historias, hacemos poesía, inventamos una sobre realidad para liberarnos de las ataduras del destino y la fatalidad. Esto lo sabe inconscientemente el poeta, el creador. Esta es la raíz, el basamento del arte. Entre la dis

Pensar y no pensar

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Pensar y no pensar ( Razón y sin razón del poema) Por Fabián Núñez Baquero Se piensa cuando se piensa que se piensa. O cuando se dice: Todo en el mundo se mueve. Pero si se dice: ¡El mundo se mueve! ¡El mundo se mueve!  No se piensa, se expresa con palabras una sensación, no un pensamiento. Se dice, entonces, el lenguaje es sensorial, es poético. Se piensa cuando se declara: puedo comparar una flor con una estrella.  No se piensa cuando se declama: ¡te amo girasol, astro de fuego! El pensamiento es una razón de las cosas, se razona o se piensa con las cosas: hacer poesía es utilizar la connotación  El poema es la cosa misma. El pensamiento piensa, el poema no piensa, es, actúa, es la acción misma: ·          perfecto es el mutismo del águila en el aire ·          ¡ronda rueda rutilante el rondador de la vida! El poeta no piensa, actúa con palabras; no razona sobre la vida, es la vida misma en acción. Así, un poema es el espacio temporal e intempor

De la pluma de ganso a la pauta de luz

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De la pluma de ganso a la pauta de luz Por   Antonio Fabián Núñez Baquero Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido… Juan Luis Vives- El Lazarillo de Tormes Hubo una época en la cual los poetas escribían con plumas de ganso en sendos papiros o pergaminos. El tiempo decurría vaciado en una lenta clepsidra y el mundo se circunscribía al retazo de espacio que alcanzaba la mirada o, a lo mucho, a la parva noción de cantón o de provincia. Podemos afirmar que el gran Garcilaso de la Vega contemplaba con local visión heracliteana el manantial, la fuente o la glorieta y talvez el firmamento de su tierra natal sin alcanzar noticia de España o la península, pero escribía sonetos universales que perdurarían más de medio milenio. El aire que respiraba el conde Lucanor o el portento de cura que fue el Arcipreste de Hita, tenía la pureza posible y sólida que la naturaleza otor

El gran Chef poético

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El gran Chef poético   Por Antonio Fabián Núñez Baquero La poesía consiste en una vasta información plural y una pizca de sal en los contornos. Ni tan ni muy, todo en su punto, aunque depende de… El poeta es el gran chef de la cocina cósmica que usa ingredientes vaporosos, a la vez que firmes en la construcción de sus estatuas que duran un día. Los condimentos principales son un vaso de agua y una gota de oxígeno en cada sílaba, que, en definitiva, es la sazón que adereza cada acento, cada ritmo en el condumio floral de la palabra. Al poema hay que prepararlo, no en el horno microondas del interés o el deseo de figuración, sino en la sartén caldeada por el sano crepúsculo de las auroras, en el espacio aquel en que las visiones te hacen cosquillas las retinas. Desde luego, el refrito principal es la semántica de sabor, olor y color: una mezcla de mandarina nocturna con la cebolla picante y roja de la tarde. Y a todo añadir el perejil de la emoción. Y, claro, en la cocina de

Leer es la palanca de Arquímedes

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Arquímedes Leer es la palanca de Arquímedes Por   Antonio Fabián Núñez Baquero Dicen algunos científicos que la caída de la manzana en la cabeza de Newton no es más que un mito de la ciencia. [1] En realidad, fue un avatar que nunca sucedió, talvez como en los mitos poéticos. [2] De alguna manera los mitos postulan una sombra dinámica de la verdad, el esqueleto sintético de lo que fue o el fantasma jubiloso de lo que será. El plasma en proceso del devenir histórico se estructura a través de los mitos. Nos proponen enigmas saludables, métodos de acercamiento a la esencia de las cosas a través de rodeos o un programa filosófico como el mito de la caverna de Platón o el mito griego de Narciso y la fuente del egoísmo vanidoso. El mito de Noé se viene repitiendo desde la enorme cultura sumeria hace unos nueve mil años y todavía sigue el proyecto vigente: cómo haremos para embarcar al animal humano de vuelta hacia las estrellas. En general, como la utopía polí

La primera flor del mundo

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La primera flor del mundo Por   Antonio Fabián Núñez Baquero Con tus sandalias caminantes al pie del aire empezaste tu jornada de belleza sigilosa y sin fin apenas ténue leve palacio de frescura brillante en la noche de los evos pequeña en el milagro de tus tallos verde en tu centro en la mano amarilla que te sostiene insólita dame tu tranquilidad de terrenal misterio para perennizar mi voz como tú tu talle en tu fascinada corola sempiterna