Pensar y no pensar

Pensar y no pensar
(Razón y sin razón del poema)
Por Fabián Núñez Baquero

Se piensa cuando se piensa que se piensa. O cuando se dice:
Todo en el mundo se mueve.
Pero si se dice:
¡El mundo se mueve! ¡El mundo se mueve!
 No se piensa, se expresa con palabras una sensación, no un pensamiento. Se dice, entonces, el lenguaje es sensorial, es poético. Se piensa cuando se declara:
puedo comparar una flor con una estrella.
 No se piensa cuando se declama:
¡te amo girasol, astro de fuego!
El pensamiento es una razón de las cosas, se razona o se piensa con las cosas:
hacer poesía es utilizar la connotación
 El poema es la cosa misma. El pensamiento piensa, el poema no piensa, es, actúa, es la acción misma:
·         perfecto es el mutismo del águila en el aire
·         ¡ronda rueda rutilante el rondador de la vida!
El poeta no piensa, actúa con palabras; no razona sobre la vida, es la vida misma en acción. Así, un poema es el espacio temporal e intemporal donde las palabras actúan y generan nuevos mundos, una sobrerrealidad plástica y viva. No habla con razón sobre las cosas, los seres o el hombre, los crea, los genera:
pálido terciopelo de tu boca
aeropuerto feliz donde aterrizo risueño

Las palabras son herramientas objetos, acciones y relaciones. Y el poema es un objeto sujeto en movimiento, con palabras que no piensan, que accionan engranajes, generan movimiento:

·         ¡rueda rulimán recóndito en tus pasos!
·         ¡álzate, corazón, al alcázar de tus metas!
·         ¡No podrán detener el zarpazo de la aurora!
El poeta no piensa. El poema no es asunto de pensamiento. El poeta es ilógico, irracional, atenazado por la locura de los dioses, como explicaban los griegos antiguos. Pero, como se sabe, no hay nada más lúcido que la locura. El loco sabe lo que sabe y nadie más lo sabe como él.

La lógica del poema se encuentra en la penumbra infernal de los sentidos, en ese reducto de vísceras y hormonas donde se cuecen las vivencias más absurdas, felices y desatinadas. La lógica del poema es antilógica por esencia, el poema verdadero es anti poema por excelencia, marca su propia línea, su punto genuino, su auto desarrollo, su propio y auténtico ritmo. Por eso, cuando es legítimo el poeta, solo es una descarga de energía. El poema, cuando es poema, es una fidedigna descarga de energía. Y la energía no piensa. Aun en los poemas conceptuales- donde el poeta pretende pensar-, si el poeta es verdadero, asoma sus cuernos el chivo pánico de Dionisio Baco.

La energía no piensa, es solamente. Usa su propia herramienta de impulso, de fuerza ¡y camina! Y no caminamos con razones, no hay razón para caminar. Caminamos porque sí, por nuestra pujanza y sinrazón. Somos como la vida: a ésta se la puede pensar, describir, pero la vida misma no es pensamiento, es acción, la vida vive solamente. 
¿Cuál es la razón del escorpión o del escarabajo? ¿Cuál es la razón de la estrella o de la célula? Solo existen, se mueven, por su propia e inapelable lógica sensorial de ser un impulso en movimiento.
No pienses, poeta, vive y haz vivir.
¡El mundo se mueve!
¡El escarabajo  blindado lanza su antena en la dorada Tierra!




Comentarios

  1. La poesía se mueve como un eco natural con la fuerza intrínseca de su propio ser. Desde las cavilaciones profundas, desde subterfugios inmanentes, desde recónditos sitios donde se ocultan los secretos del universo del poeta. Para pensar y no pensar se deshilvanará la libertad de la locura, para dar sentido a lo sin sentido, para dar forma a lo informe, para pensar lo impensado, para inventar lo imposible.

    Saludos querido Maestro.

    Atentamente: Quinde

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