Insistamos en el mito

42.Umbral de la poesía
Insistamos en el mito
Por Fabián Núñez Baquero
27/09/13


El divorcio entre la teoría y la práctica en la sociedad del beneficio privado se muestra en todos los ámbitos de su quehacer. En la creación literaria siempre hemos de insistir en la práctica física de la escritura como un modo de incrementar nuestro dominio del lenguaje habitual y su transformación en el lenguaje figurado, poético. Sin el trabajo cotidiano de lectura, asimilación, meditación sobre lo leído, mimesis y trascendencia de la realidad a través de nuestras invenciones nuevas, no existe posibilidad ni siquiera de mantenimiento del lenguaje diacrónico, histórico, estable, permanente, no se diga del fomento de la creación.

En este decurso teórico hemos insistido en explicar el mito como fuente permanente de invenciones. El mito, como el asunto o el motivo, es un pretexto para dotar a nuestra sensibilidad de la percepción y flexibilidad necesarias para mostrar nuevas esquinas o filos de una realidad que existe y no existe por sí misma. El mito, por lo tanto, no es sólo- como cree mucha gente, incluso supuestos literatos o poetas- fantasías irreales de dioses o seres fantasmales e inexistentes, fábulas engañosas que no son ya relevantes.

No, los mitos proponen retos a la imaginación poética a condición que se sepa exactamente las reglas de la ficción y los límites entre imaginación y fantasía. El mito del paraíso perdido, de Venus surgiendo de la espuma del mar, de Dionisio resurgiendo entero de su cuerpo despedazado, el dios mono recuperando textos sagrados, Noé y su barca repleta de animales,Jasón y el vellocino de oro,etc.,para el poeta legítimo son una verdadera cantera de asuntos y de nueva poemática viva.

Es en la nueva ejecución de estos mitos cómo los poetas emparentamos al hombre con su antecesor de siglos y con la misma naturaleza. Con ellos volvemos a unir nuestra garganta a las voces primitivas, a los balbuceos ancestrales, pero, a la vez, dotamos de nueva vida a nuestros más sanos y robustos instintos primarios. Fecundar los mitos es autofecundarnos para dar vigor a nuestros nervios y músculos y dotar de nueva visión a nuestros ojos. Esta es la teoría que me ha llevado a escribir este soneto:

Adán combate la mentira
Por Fabián Núñez Baquero
27/09/13

Desnuda y sin ombligo estás conmigo
en este muy presente paraíso
en donde se ha expulsado al desobligo
y cada cual disfruta de su hechizo.

Como estamos sin más limpios de ropa
bañamos nuestros cuerpos cada rato
en tina del Edén y sin estopa,
con gozo en nuestro hábitat de pato.

En la selva inocentes y tranquilos
sufrimos este síndrome de nuevos
que se creen tener todos los hilos

y aparece un intruso buscavida
a prohibir de mi Eva la manzana,
a crear malestar en nuestra vida.

Quiere que ella evite la serpiente,
que no disfrutemos la mañana
con el cuento que es dios y que no miente.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jitanjáforas

Metabolismo y poesía

Similitud y comparación, ciencia y arte