Formas, estructuras e invención

René Magritte

25 Umbral de la poesía
Formas, estructuras e invención
Por: Fabián Núñez Baquero
 Es más que probable que si le preguntamos a un ingeniero civil si el concepto y la realización de una estructura le impide el libre curso de su facultad inventiva, él nos quede mirando como a seres del Cámbrico y se niegue a contestarnos. Gaudí o Wrigth, los genios de la arquitectura, respetaban la ley de la gravedad y el cálculo de materiales objetivizados en cada uno de sus edificios a la vez que creaban sendas volutas de imaginación pétrea en sus prodigiosos portales hiperbólicos. En poesía la noción de estructura es preciosamente útil además que contribuye al desiderátum de la elegancia, de la belleza del equilibrio, y de la suprema intención del arte: enseñar deleitando. La poesía es el imperio de la forma y de la formalidad. Hasta se puede decir que su esencia es la forma no el contenido. Pero como todo hombre sensato conoce, la forma y la formalidad se presentan a los sentidos bajo el ropaje de la estructura. No se puede demostrar el gusto por el arte de vestirse caminando desnudo o poniéndose una corbata sin cuello y sin camisa. El Homo Sapiens- desde que aprendió a usar la piel de los animales para calentar su cuerpo indefenso, utilizó su ingenio para convertir la piel animal en la forma y la formalidad de su lucha contra el clima. La clámide griega o la toga romana son estructuras de vestido que dan carácter y estilo a griegos y romanos. Pero usar clámide o toga no impide ser fantástico, elucubrador del lenguaje y el pensamiento. La estructura no obstaculiza el curso de la imaginación. La estructura puede soportar formas cada vez nuevas: una escalera puede ser un caracol y un techo una lámina cóncava. Una octava real puede  hablar un lenguaje de programación o detallar la excesiva luminosidad de un quásar. Los investigadores del lenguaje poético tienen la obligación de retornar al análisis de la sílaba y a inventar, sobre la escala de un terceto o un pareado, las relaciones biunívocas entre la existencia de una hormiga reina y el proceso extraño de un longevo de Vilcabamba. Estas formas inventivas retrotrayéndonos a las estructuras formales antiguas, convierte a los rapsodas en poetas. Y claro que es cenital saber que quien no ha aprendido a ser rapsoda tampoco puede ser poeta. Aunque hay excepciones muy raras: de poetas que no son, nunca han sido rapsodas. El rapsoda es aquel que declama y versifica, sin otra pretensión que conocer y practicar las leyes de la preceptiva. Como el pintor inicial es quien conoce y  practica las leyes de la perspectiva. El pintor de esta clase dibuja retratos o paisajes con precisión fotográfica. Puede ejecutar trabajos por encargo, puede improvisar. Y el rapsoda hace lo mismo pero en el campo de la poesía. El poeta que no ha sido o no es rapsoda no  puede realizar sencillas estructuras: es como el  pintor que no aprendió a dibujar: tampoco puede desdibujar.
Lo que realizamos los rapsodas, nuestra intencionalidad, es agotar todas las estructuras posibles. Por eso partimos de la continuidad de la literatura si es necesario desde el inicio de los poemas en cuaderna vía, hasta las aportaciones más elaboradas de árabes y europeos en la  literatura medieval y del Renacimiento. Por supuesto, además de la veta riquísima de la literatura griega, de donde hemos tomado el tautograma. Ahora utilizaremos la estructura del Zéjel, de origen árabe, y el villancico, desde su origen breve, popular y con su infaltable estribillo.  Mi invención dentro de estas estructuras sólo tiene un carácter demostrativo, aunque no se puede negar los rasgos de belleza y de enseñanza. Los poetas no podemos- no debemos- olvidar que al escribir enseñamos, lo bueno y lo malo que surge de nuestra creación.




Villancicos del tiempo y su mudanza
Por Fabián Núñez Baquero
28/06/2012

Hoy por hoy y mañana ya veremos
Y si existe el mañana gozaremos,
De un día para otro cambiaremos.

Existe en la balanza fiel mudanza
Si en la vida no caes, si resbalas,
No con margaritas despetalas
El sí o el no de la existencia, avanza,
Que no sirve ni miedo ni esperanza.
Por la cal y la arena trajinemos
Hoy por hoy y mañana ya veremos.

No acumules ni riqueza ni pobreza
Ni cantos destemplados ni añoranza,
Si gozas del momento y de la danza
Dulcemente elimina la tristeza
Y no te venza ni cuidado ni destreza.
Todos, al fin y al cabo, caeremos
Y si existe el mañana gozaremos.

Destierra de la envidia el frágil barco,
Seas de piel cobriza o de ojo zarco,
Puja por ser mejor en viento adverso,
Estudia de la vida cada verso,
Encuadra la excelencia en marco fuerte,
Todos un nuevo chance merecemos,
De un día para otro cambiaremos.

II

Si es de vivir, aquí disfrutaremos,
Si es de sufrir, mejor lo evitaremos,
Si es de morir, mañana moriremos

Si el desamor es tranco bien amargo,
El amor nos despeina de alegría,
No hay pena que nos quite la armonía,
Ni el descalabro del avieso embargo,
La fortuna o la desgracia se hace cargo.
Si es de vivir, aquí disfrutaremos,
Si es de morir, mañana moriremos

Nos vamos, nos quedamos, todo es suerte
Y un poco de cuidado con la vida,
No esperes la ruleta  preferida
Si juegas descuidado y poco fuerte,
La cifra que te toca no es inerte,
Burla, burlando, nunca dormiremos
Si es de sufrir, mejor lo evitaremos.

Que nada te detenga ni contenga,
Abre la senda hoy, mañana es tarde,
Que la ilusión de ahora siempre tenga
Esa luz de la luz que siempre arde,
Ese arrojo de ser nunca un cobarde,
Seremos hoy  o nunca lo seremos,
Si es de morir, mañana moriremos.

Zéjel de la ilusión
Con confianza o desconfianza,
Siempre mantengo esperanza
De que te fijes en mí
Y con o sin frenesí
Que algún día digas sí
A mi amor de corazón
Que siempre estuvo en sazón
Tenga o no tenga razón.

El amor tiene confianza
Aunque nunca le den fianza
Y hoy por ti, brindo  por ti
Y aunque no  pienses en mí
Sé que responderás sí
A esta loca ilusión
Que siempre estuvo en sazón
Tenga o no tenga razón.

Zéjel de mi idioma
Canto mi limpio abordaje
Con mi aguaje y mi lenguaje.
Con castellanas palabras
Lanzo al viento abracadabras
Como al monte van las cabras…

Tengo orgullo de mi idioma
Que me da su zumo y soma
En su encantada redoma…

Es la lengua de mi madre,
De la madre de mi madre
Y de mis  padres de antaño,
Con su  pulmón y redaño
Viven conmigo en hogaño.

¡Albricias, Castilla y España!
Que mi palabra les baña
Del azúcar que no daña.
Canto mi limpio abordaje
Con mi aguaje y mi lenguaje.



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