Dialéctica de la razón y lo irracional

René Magritte

32 Umbral de la poesía

Dialéctica de la razón y lo irracional
Por Fabián Núñez Baquero
18/08/12

La poesía es la existencia de lo irracional en el hombre. Porque un porcentaje mayoritario en él está conformado de irrazón. El sistema respiratorio, digestivo y de circulación, son funciones impensadas, automáticas, tal como los movimientos reflejos musculares. De alguna manera el sueño de confeccionar robots por parte de cibernéticos actuales, ya está realizado en la misma humanidad. 

La vida es en sí un movimiento donde el cerebro dirige las operaciones, pero donde la conciencia participa en mínima escala. El nivel de inconsciencia en las acciones humanas equivale talvez a la proporción entre la energía oscura y la materia. Aquella se lleva la palma en dimensión y masividad. 

Pero la existencia de la materia visible está condicionada por la energía oscura como el consciente de la persona es apenas la cúspide mínima de un subconsciente que, en última instancia, lo gobierna.

Por eso podemos afirmar que la poesía- esa energía oscura pero vital de cuerpo y mente-es la fuerza primordial humana. Si no existe ella, lo reflejo, lo automático, lo enigmático de nuestro ser se desvía hacia formas subalternas degradadas como la religión, la astrología, la magia, con su variedad de colores, la quiromancia, la adivinación y la brujería.

El hombre necesita una dosis de irrazón para poder vivir. Vale la misma afirmación, con un leve giro: El hombre necesita irrazón para conquistar la razón. Necesitamos fuerzas oscuras para impulsar nuestro salto a la luz: como en la matemática los números imaginarios e irracionales se concretan tarde o temprano en números reales racionales, de la misma manera nosotros, los poetas, utilizamos la metáfora y la imagen- los tropos-para dotar a cada momento poético de una firme grada para la construcción de una sobrerrealidad, esa escala de Jacob de los sueños y las palabras creadoras.

Este par dialéctico de lo irracional y la razón, de lo consciente y lo inconsciente, juegan su brillante rol contradictorio en la poesía. Y no sólo en la escuela surrealista de la escritura automática. En esencia el poeta debe partir de lo irracional: algunas filólogos llaman enumeración caótica a ese listado aparentemente inconexo, disparado a lo absurdo, de lo que yo llamo asociación quasi arbitraria que dicta el inconsciente cuando iniciamos la creación de los versos poemas:

Perfecto es el codo pensador del otoño

Sin embargo , a medida que vamos procediendo a la juntura orgánica de cada verso poema con otro, es la selectividad connotativa la que destaca su trabajo esencial. La connotación es el flujo consciente que labora sobre lo inconsciente, el rayo catódico brillante y secuencial sobre lo amorfo y oscuro de las sensaciones e imágenes primarias.

 La asociación connotativa va anulando lo arbitrario y accesorio en el proceso combinatorio porque virtualmente es el compás mayor de la semántica: ¿Qué verso poema le conviene a este otro verso poema?:

El Cosmos marcha con su chaleco sideral al compás de las constelaciones

¿Talvez?:

El átomo no duerme en su lúcida órbita heminóptera

¿O/Y quizás? :

Va de la Nada hacia la Nada con su increíble sonrisa futurista

¿O/Y?:

Cada mundo tiene la vida comprada a la intemperie

¿O/y?:
Sólo el hombre busca vivir la vida eterna de un segundo...

La poesía es el péndulo de la eternidad

Los que no aman la poesía les falta oxígeno para respirar y se contentan con aspirar el bióxido de carbono de la rutina diaria. La poesía es el alimento de huesos y ojos y el aceite que duplica la fuerza de nuestros tendones. Dadme poesía verdadera y podré resistir un mes en Marte.

Mejor que vitaminas y óxidos y metales básicos y oligoelementos, la poesía me penetra con su diamantino estilete de fotosíntesis y clorofila. La poesía es la única que me hace exclamar, soy el universo, soy toda la materia... Soy un pulpo gozando en el abismo...


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