Noche de perros...

René Magritte

Noche de perros...
Recital con bulla y boicot lumínico
Por Fabián Núñez Baquero
03/08/12

Es la primera vez que asisto a un recital poético acompañado de un infernal ruido electorero. Ayer me atreví a ir a la aula Benjamín Carrión a la velada de textos y poesía llamada Perros en la Noche...que de alguna manera se permutó en una noche de perros...No por los buenos y conocidos poetas Ricardo Torres y Patricio Romero y Cordero sino por díscolos avatares que paso a reseñar. La noche era propicia a la poesía... pero resulta que había de por medio una descomunal lucha por el poder entre un longevo mastodonte llamado Valdospinos, con medio siglo de ejercicio burocrático, y un puestívoro literato de izquierda,llamado Pérez Torres, con 49 años de ejercicio de lo mismo.
 La lid atronadora, con prohibido nivel de decibeles en cada mega parlante, convocaba masas sin tímpanos de catalépticos manifestantes cada uno convencido que el mastodonte o el puestívoro era el único providencial para llevar adelante los trámites directrices de una Casa de la Cultura cada vez más convertida en Cultura de la Casa o de la Caza. La camorra frenética me hacía pensar en qué terriblemente difícil debe ser vivir sin la Casa de la Cultura... Casi como lo condenadamente imposible vivir sin presidencia de la república... Por eso tanta bronca electorera.
Permítanme plagiar a un poeta ruso quien decía que mientras más vacío es un tonel más ruido produce...
Pero quienes pagaron los platos rotos son los poetas y su recital y los asistentes. Por más que cerramos las puertas de la Benjamín Carrión y nos blindamos los oídos como estar en un búnker anti atómico, por más que nos concentramos en la modulación ceremoniosa del poeta Torres o la estentórea logomaquia del poeta Patricio Romero, la respuesta fue que se nos entrometían agresivos gritos politiqueros en medio de una estrofa o verso, convirtiendo el recital en una absurda mescolanza de versos y consignas presidenciales y produciendo un efecto retardado de enlentecimiento de cada poema, de forma que cada uno nos parecía un poema de 20 o 30 páginas y a veces más. La digna ex funcionaria de la Casa,Verónica Falconí, anfitriona y un poco diluida maestra de ceremonias del acto, se vio impotente en parar los descalabros producidos por sus ex compañeros.
Pero no paró ahí la cosa. Como si quisieran demostrar en la práctica la noche en que todos los gatos son pardos, los de la Casa apagaron varias veces y de forma prolongada las luces del escenario de modo que los poetas se quedaron áfonos, átonos y cegatos y nosotros nos parecíamos los unos a los otros en la igualdad sombría. El poeta Patricio Romero tuvo que sufrir un negror mayor que comprometió su poema En Blanco y Negro y el poeta Ricardo Torres, quien justamente en uno de los apagones leía Por qué visto de negro, se transformó en negro fundido en negro, en nada, con el boicot casaculturero de la luz. Al poema sobre las deudas de Patricio Romero le agrandaron los números y preocupaciones y achicaron los plazos para el pago, al suspender la luz.

Ricardo, poeta dirigente de La Pedrada Zurda, muy conocido por sus discrepancias notorias con la cultura oficial, ahora le tocó pagar su cuota cuando usa un escenario de una entidad que él criticó muchas veces. Y no solo él, todos lo hemos hecho. Y ya vemos que no se puede jugar al escondite con la burocracia cultural.
Pero aparte esta quincalla administroide, nos agradó mucho la metamorfosis última de Patricio Romero, quien se ha transformado de un poeta probo, parco y clásico romántico, antaño odiador de poesía y poetas sociales, en un colérico profeta del fin del mundo, descuerador quirúrgico de todas las pestes de hombres y planeta. Fue como ver a Bécquer cambiado en Ginsberg o Medardo Ángel Silva transformado en Euler Granda. Esta modificación de un bardo expresa que hay fisuras muy profundas en la lucha de clases planetaria y que el capitalismo cada vez forja duros oponentes entre soñadores y vates. Hasta diría que en poesía se ha puesto a la extrema izquierda de Ricardo y la revista La Pedrada Zurda. Bien por Patricio, por la poesía y por el mundo.

Ricardo, el poeta de Con Cuchara de Palo parece que no ha vuelto a publicar en libro sus poemas, aunque lo ha hecho sistemáticamente en la Revista y en poemarios sueltos. Como conocemos Ricardo trabaja mucho en el lenguaje aunque, a veces, la labor de taracea excesivo opaca la significación. Sus poemas también son francamente contestatarios, no ha dejado de lado guadaña y martillo y denuncia malos olores en el sistema y la sociedad. Nos gustaría que edite un libro suyo. Ya es tiempo que lo haga. Sabemos el sacrificio y devoción que ha puesto a la revista, pero ya es hora que recupere y publique textos suyos que más le convenzan.
Por último, sólo un asunto de forma: los poemas de los dos poetas siendo un poco bastante largos pertenecen a lo que en jerga literaria se llaman, poemas para leer no para recitar o declamar. Si se insiste en declamar o recitar poemas para leer, como se sabe, hay que hacerlo con fragmentos. De otra manera la sobreabundancia de lo bueno lo transforma en inaguantable y pesado, como el exceso de claridad a los ojos. También nos pueden maltratar con exceso de metáforas e imágenes: exceso quiere decir aquí, mucho tiempo. El recital ni siquiera tuvo un respiro musical. Más de dos horas de solo poesía es como someterle a uno a más de dos horas de una sobredosis de chocolate.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Metabolismo y poesía

Jitanjáforas

Similitud y comparación, ciencia y arte