El acto poético fundamental

El gran Tungurahua en erupción


33 Umbral de la  poesía
El acto poético fundamental
Por Fabián Núñez Baquero
26/08/12


Presiento un crecimiento de poetas
Desbordando nivel, radio y esfera
Ampliando la conciencia en los planetas
Cambiando en hombre al ser que está en espera...


FNB.Estadía en la galaxia



El acto poético inicial nunca fue el poema de amor o de la vida cotidiana. Los poemas cosmogónicos como Los Trabajos y los días de Hesíodo, La Ilíada, La Odisea de Homero, El Ramayana de Valmiki o el Mahabbarata, El Viaje al Oeste, no tratan en esencia, con ese escándalo sentimental en que el capitalismo ha venido a convertir el nexo de la pareja. Tampoco hicieron mucho ruido con los hechos cotidianos per se.
A lo mucho, los romances de Helena con Paris, de Ulises con Penélope, o de Rama con Sita, son circunstanciales, una especie de pretexto o señuelo para hacer interesante el relato épico o simplemente un efecto emocional. Lo mismo, la despedida de Héctor de su hijo, fue un acto familiar que cobra importancia universal porque los hechos que canta el poeta son universales.

Todas las culturas del mundo que hayan trabajado escritura y poemas épicos, desde Los Nibelungos hasta el Popol Vuh tuvieron como acto poético fundamental o el Cosmos o la sociedad en sus hechos más culminantes. Por supuesto El Popol Vuh es muy reciente, fue escrito en 1575 en maya quiché, en el sistema fonético fenicio heredado por los idiomas romances como el castellano, y traducido de este lenguaje aborigen al castellano. Pero así y todo tampoco el Popol Vuh es romántico. La mala costumbre de erigir a la mujer o al hombre como pareja destinataria de loas, ensueños, proyecciones y metas, surge hace unos setecientos años atrás con el nacimiento del mercantilismo y capitalismo.
El poeta de ese entonces se plantó en la Tierra y quiso saber el origen y la perspectiva del Todo, levantó los ojos a las estrellas y no los bajó a su pobre circunstancia terrena. De alguna manera supo que no estaba en él mismo, en su ombligo, la importancia del vaticinio o la memoria sobre los pueblos. El poeta supo decir desde el inicio palabras nada comunes con la de sus semejantes contemporáneos.

Ellos no lo entendieron porque éste vivía fuera de sí mismo, en el Olimpo de los dioses, en los escenarios increíbles que trajinó el Rey Mono u Odiseo y pensó con Empédocles en los elementos que originaron la naturaleza y previeron con Heráclito de Éfeso y Melisso de Samos el fluir eterno de todas las cosas. El poeta inventó el Tao- el Camino- y conoció la ciudad de las 9 puertas en el Baghavad Gita. La acción poética fundamental estuvo, entonces, en el canto épico, en el mito sobre la naturaleza, en el destino del hombre, en sus batallas y quebrantos, en sus grandes dramas y tragedias que enseñaban a prever y vivir. Todos los poetas de alguna manera contemporáneos que vuelven al primer acto poético esencial, son grandes: Huidrobo en Altazor, Whitman en Hojas de hierba;César Davila Andrade en Boletín y Elegía de las Mitas, en La catedral Salvaje. Existe una conexión intrínseca entre Las metamorfosis de Ovidio y Los Poemas Proféticos de William Blake; entre Los Trabajos y los días y La Uña de la Gran Bestia.

La herramienta fundamental del mito es el martillo colosal del poeta en todas las épocas. Muchos podrán decir que ahora con la ciencia se ha terminado la función del poeta y existen algunos imbéciles que llegan hasta negar al mito como el acto poético esencial. El poeta es el único sabio- si es que es poeta de verdad- que puede reinstalar el mito de Pandora o de Adán y Eva, de Noé, esa buena copia del Gilgamesh sumerio ,o volver a empezar la batalla de Krisna. Prometeo y Epimeteo pueden volver a vivir en medio de probetas biológicas de transnacionales de fármacos o de excesiva explotación de minas de diamantes o entre los cachivaches mecánico- electrónicos de las sondas o satélites a Marte. La Atlántida o la civilización olmeca necesitan de poetas con entrañas continentales y a las predicciones del clima o la tendencia del sistema solar les hace falta vates, vaticinadores con versos órficos o blakeanos.

Para este acto poético fundamental se debe manejar pesadas herramientas, la técnica del Cíclope Polifemo o del cojo Vulcano en el infierno de sus tenazas y fuelles, y entonces veremos surgir una nueva poética contemporánea anclada ya en los viajes al espacio y los vestidos de aire de la nueva física.


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